La Flor de la Sal es la sal marina de más alta calidad entre las existentes en el mundo. Se aprecian diferencias significativas en el color, sabor, textura y aroma según el mar u océano del que procedan las aguas que sirven para su elaboración. La de origen Atlántico logra la mayor puntuación de calidad entre las existentes en el mercado.
El método empleado para su obtención en las Salinas Tradicionales garantiza la mejor de las calidades por, entre otros, su excelente trato sin la participación de maquinaria alguna en su crianza, recogida o envasado. La flor es recogida manualmente con la luna al atardecer con una herramienta muy parecida al cazamariposas, flotando en los cristalizadores, donde el agua ha “madurado” previamente hasta formar una finísima capa de 1 milímetro de espesor similar a la que el hielo forma en la superficie algunos mares helados. De ahí el nombre con el que es conocida esta flor de sal de la Bahía de Cádiz.
Una composición diferente a la sal industrial, lavada y secada, garantiza una menor pureza de cloruro sódico y mayor de elementos como sales férricas, cálcicas o yodadas, de forma natural que redunda tanto en la salud del que la consume como en su paladar. Su especial diferencia reside en una presencia óptima de estos tres elementos y de sales de Magnesio con beneficios potenciales e estados de necesidad de los mismos.
Condiciones de conservación: Mantener en lugar fresco y seco fuera del alcance de la luz (entre 5ºC y 30ºC).