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Nuestra almazara

Esta nueva sede se diseña a partir del edificio original, manteniendo su volumetría original, para ser ampliado en clave contemporánea mediante diferentes crujías que se quiebran y retuercen hasta encontrarse con el terreno que tanto supone para este proyecto.

Una forma orgánica y muy visual de lograr una conexión y arraigo arquitectónicos capaces de responder a un compromiso empresarial innegable con la naturaleza.

En lo relativo a la envolvente, se ha optado por una estética industrial dominada por la geometría y el metal, a la par que incluye gran cantidad de aperturas que permiten la entrada de luz natural en todas nuestras estancias.

Así, la fachada y cubierta de panel sandwich metálico, se intercala mediante muros cortina de vidrio y fachadas de policarbonato que permiten esa entrada de luz.

Arquitectura realizada por el estudio de GANA ARQUITECTURA

El uso de materiales como el vidrio de los muros cortina o el policarbonato de la envolvente, contribuyen al tratamiento de la luz y al ahorro energético del edificio.

Las aperturas cenitales en cubierta, se programan para aprovechar en su favor las diferencias de temperatura entre el día y la noche, completando así el enfoque sostenible de este diseño y la forma del edificio permite la recogida de aguas pluviales que son filtradas y tratadas para su posterior uso, ahorrando importantes cantidades de este recurso tan limitado

Tras esa fachada principal, se encuentra el patio de acceso que no solo distribuye los distintos espacios comunes, sino que además contribuye a impregnar cada rincón de una luminosidad increible. Las oficinas, salas de trabajadores, salas de reuniones o tienda, se ubican en esta primera crujía para dar servicio a la almazara y guían al visitante a través de una escalera a la pasarela que inicia las visitas guiadas.

Esta pasarela se eleva por las zonas industriales, mostrando un recorrido sencillo desde el patio de recepción en que se prepara la aceituna, pasando por la zona de producción en que se moltura y extrae su jugo, para ser directamente enviado a la bodega donde se clasifica y almacena el aceite en espera de ser trasladado a la zona de envasado para su embotellado.

El almacén, como paso final, se encarga de acumular el producto ya terminado hasta ser repartido a lo largo y ancho del mundo, contribuyendo así a la internacionalización, una de nuestras principales señas de identidad.

En definitiva, una maquinaria de más de dos mil metros cuadrados repleta de detalles abierta completamente al visitante.

Y que culmina con una degustación de nuestros productos.

El interiorismo de la almazara mezcla un estilo contemporáneo y más industrial con la calidez y elegancia de los materiales nobles.

Las líneas geométricas, inspirada en el sistema de cuadriculas del cultivo del olivo, aparecen reflejadas en diferentes estancias.

Estas cuadrículas acompañan al visitante desde la entrada con las planchas de Dekton en el suelo del patio hasta el techo a diferentes alturas del impresionante hall.

Las estanterías de la tienda en forja, las de los premios en madera, las ventanas en pasillo y los diferentes cierres de los espacios siguen manteniendo esta tendencia lineal.

Para compensar estas líneas sobrias se acude a la madera acabado nogal para las zonas nobles, panelando con ella paredes y muebles como la mesa de catas o el showcooking. Todo ello acompañado por una iluminación cálida e indirecta muy cuidada.

En otros espacios se apuesta por un concepto de elegancia sutil y discreta dando protagonismo a los materiales naturales y sencillos y a los colores cálidos. Se busca respirar un aire de quietud que evoque serenidad.