En nuestro olivar uno de las cuestiones a las que más atentos permanecemos todo el año es la salud del equilibrio natural de las especies que en el mismo cohabitan. La flora y la fauna de nuestro olivar son cruciales para mantener una producción estable, ya que todo forma parte de un entramado llamado ecosistema y cuya importancia es crucial para mantener la salud del entorno.
Pretendemos que nuestro olivar sea un refugio para la biodiversidad: plantas, aves e insectos coexisten conjuntamente aportando riqueza al suelo, evitando la erosión y combatiendo plagas y enfermedades. Todo ello hace que la rentabilidad del olivar mejore y el valor añadido de nuestro olivar también se ve incrementado por la riqueza que aporta al entorno y a la inversa. Con ello desarrollamos una agricultura que apuesta por la conservación de la biodiversidad y que, a su vez, nos diferencia del resto de productores.
Para nosotros estas prácticas son de suma importancia debido a que en los olivares, por ejemplo, se encuentran la cuarta parte de las aves de España. En los olivares andaluces se pueden avistar 165 tipos de aves de 119 géneros diferentes. También 58 especies de hormigas y 119 insectos polinizadores. También se han identificado 549 especies de plantas herbáceas y 137 de leñosas, que representan el 17% de la flora vascular andaluza. Todas estas especies registradas por el Proyecto Life Olivares Vivos, al que pertenecemos y con el que trabajamos conjuntamente.
A raíz de las políticas agrarias desarrolladas hasta el momento los olivares andaluces han perdido la mayor parte de su biodiversidad. Tan cierto como esto es que, gracias al desarrollo de nuevas formas de entender la agricultura, esto es reversible y desde O-Med apostamos por ello.
Este trabajar en equipo con la flora y la fauna autóctonas hace que el sumar fuerzas todos salgamos beneficiados viviendo en un entorno que se autorregula y cuya salud repercute en la calidad de nuestros aceites de oliva virgen extra. En las cualidades organolépticas de nuestros AOVEs es dónde se reflejan el volar de las aves entorno al olivar, o el crecimiento saludable del manto herbáceo en el que los insectos se relacionan ente sí y sirviendo como polinizadores. Un entramado llamado vida y del que cada una de las gotas de nuestros AOVEs forma parte.
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